ºº

No me puedo creer que aún esté insistiendote.
Sé que te dije que te podías ir, pero ya ves, ahora quiero que vuelvas.
Y no, no voy a darte ninguna razón, ni para bien ni para mal.
Hazlo si quieres.Bueno, eso tampoco. Porque si no, ya estoy completamente perdida.
Porque no quieres¿verdad?
No tienes ni la mínima intención de acercarte por aquí para decirme que mi tarta de chocolate es la mejor que has comido nunca. Mejor , incluso, que la que te hizo tu abuela en tu doceavo cumpleaños con un montón de nata, porque a ti te gusta muchísimo la nata, lo sé, pero aun así, yo siempre las hice de chocolate,y seguro que es por eso por lo que no vas a volver ¿verdad?
También podrías llamarme, y contarme el tamaño de las nubes de ahí donde sea que estés ahora o el número de besos que te das por la mañana con la nueva chica a la que le calientas los pies con los tuyos por debajo de las sábanas.
No dudo que te debe querer mucho.
Seguro que más que yo.
¿Ves? Ya empiezo a darte razones para que rompas la carta nada más leerla.
Pero sabes mejor que yo, que si la rompes, si rompes este papel lleno de palabras de color verde pistacho tendrás que olvidarme.
Olvidarme, pero para siempre ¿eh?
No quiero que quede nada de mí en ti si lo haces.
Porque haces cosas muy muy malas dentro de mí.
Sacas esa parte patética que está aqui, no tan lejos, y haces que tenga que pedirte algo, en vez de ordenártelo.
Por cierto, no quiero que malinterpretes la función de esta carta.
No es de amor, como puedes ver, no esta escrita con boli de color rosa ni he cambiado los puntos de las íes por corazones.
No la he hecho para decirte que te quiero, ni que has sido lo mejor que me ha pasado en la vida, porque, créeme, no lo has sido.
No lo eres.
Al contrario.
Eres un lastre que está aquí dentro,sí.
Porque llevo días deseando entrar en la cocina y poder ponerme mi delantal de margaritas con pétalos azules para hacer tartas.
Muchas, muchas tartas.
Pero no sé porque pero no puedo.
Y es por tu culpa.
Aun así, como tengo más que claro que no vas a volver, tampoco quiero que me llames ni que me escribas.
Supongo que esto ha sido lo mejor que me ha podido pasar.
Me reinventaré aunque luego, luego no podré mirar hacia atrás ¿no?

p.d: al irte tan deprisa y corriendo, se te olvidaron dos calcetines (uno amarillo y otro violeta) dentro del tercer cajón.
ya te habrás dado cuenta de que te los he metido dentro del sobre junto con el último yogur natural que quedaba en la nevera.
y por último, te mando lo que queda de mis ganas de bar cutre de la esquina.
no las pierdas, por si un domingo por la mañana, echas de menos mis tartas de chocolate.

________________________________________